Ellos.. albergan tanto… Hay tanta profundidad en ellos que absorberías TODO y...

Ellos.. albergan tanto… Hay tanta profundidad en ellos que absorberías TODO y...
... y LA NADA se quedaría huérfana.

domingo, 10 de junio de 2012

Decoremos nuestro cuarto.

Y hoy en lugar de tanto verso y tanta canción... decoremos nuestro cuarto:

Alcanzamos a sostener un pincel (de grosor adecuado) entre nuestras manos. Lo impregnamos del sabor que nos dé la gana. Puede ser el que más nos guste, el que más coraje nos dé, el que nos haga reír a carcajadas, el que nos deje ciegos, tontos del bote, empanados y asombrados por las formas de los sabores  y el olor de los colores.

Cuando lo tengamos todo a punto de caramelo, antes de comenzar con la decoración, debemos proteger nuestros pies. Se nos pueden manchar y nos serán muy necesarios en el recorrido del decorado. También, debemos proteger nuestra cabeza...  por si alguna gota de sabor o algún soplo de color nos la mancha. Debemos conservarla intacta para los casos de "saborismo y colorismo transitorios".

De igual manera, debemos protegernos el tronco, sobre todo, la parte del músculo con forma de corazón o la parte del corazón con forma de músculo...? (total... lo mismo da...) por si se nos acelera demasiado y rompe a brotar y se derrama por todos lados:

No está bonito que se manche el cuarto de corazón acelerado.

Y  otra de las partes (muy importantes) que hay que cubrir son nuestras preciadas manos. Esos diez  tentaculitos, esas diez cabezas con flagelitos en busca de concepción artística decorativa... Hay que cubrirlos con unos buenos guantes. Por si se nos va de las manos algún que otro olor o sabor o color...

Y VOILÀ...    
Ya tenemos al artista pictórico preparado para suicidarse...
-  ¿Cómo podría yo decorar mi cuarto sin tener libre el corazón, ¿y mis pies? ¡¡¡y mi cabeza!!!! MIS MANOS?¿?¿    Eso no es decorar nada. Ni respirar nada. ¡Ni vivir! ¿Quién puede vivir sin tener libres y a flor de piel, la cabeza, el corazón, las manos y los pies? ¿Cómo voy a decorar mi cuarto con sabores y olores y colores sin mi cabeza,  sin mi  rico corazón, sin  mis manos y mis delicados pies?

- Todos, artista pictórico, todos vivís así sobre la tierra que pisáis. Preocupados por proteger tal o cual cosa, sobreproteger aquella otra y al final, sois como un gato de escayola.  Hombres insensibles, seres humanos que os vendáis los ojos a vosotros mismos, individuos que os interponéis vosotros mismos obstáculos que no existen en realidad.


    Y entonces... yo estaba decorando mi propia alma en lugar de esperar a que alguien me traiga flores. Y vi tantos y tantos y miles e infinitos colores y sabores que todos los olí y mi cuarto ya se había convertido en mi jardín. Un jardín sin ti, y sin ti y sin ti también...           

    Y estaba sola conmigo misma al fin y amé las cosas de mi mundo, mi único y exclusivo mundo.
Y entonces amé todo lo demás.


Estrella Mantero.

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