Me equivoqué a tus pies, creí que eran raíces lo que siempre fue sombra.

Por muy satisfecha de la vida que se sienta una hay días, como éste, en el que te visita algo de oscuridad, pesadumbre, estabilidad caótica...
Es la primera entrada de mi blog y no con "alegre" pie entro y dejo testimonio de mi pensamiento. Quizás precisamente este estado de desasosiego me llevó a la creación de este espacio íntimo y público al mismo tiempo.
El título de esta entrada pertenece a unos versos de Vanessa Pérez-Sauquillo, poetisa y filóloga cuya obra "Bajo la lluvia equivocada" plasma a la perfección el estado de ánimo que a veces, celoso de mi carácter alegre, me visita.
Vives tanto tiempo en el interior de una gran y confortable burbujita, tan feliz y despreocupada que una vez que agotas ésta, como si ya consumieras todo su oxígeno, sales! Sales con sensación de miedo y seguridad a la vez, con ímpetu al respirar esa nueva bocanada de aire nuevo, con ganas de comerte el mundo, ahora sin burbuja, y es cuando se afrontan los "demonios" del planeta.
Y todo parece que siempre es igual. -------------------------------------------- __ Un día cambia, te desborda, te pierdes, quieres gritar pero no sale un ápice de voz, y asimilas que vivir es un continuo cambio. Las personas cambian y las relaciones entre ellas, también.
Llegados a esta encrucijada hay dos opciones: evolucionar y asimilar que todo cuerpo que habita en la Tierra evoluciona, cambia y se transforma o estancarte en un pasado que ya huele a podrido para hundirte aún más en el lodazal. Así que uno mira hacia la perpendicular que atraviesa el horizonte de su visión... y allí están, arriba: ellas, ella y él. Tan acostumbrados a estos tres cuerpos gravitatorios que no somos conscientes de su rareza y grandiosidad. Sin embargo, nos preocupamos de nuestras vivencias, pensamos que eran "raíces lo que siempre fue sombra" y no nos miramos introspectivamente.
¿Qué puede haber más raro, interesante y grandioso que el ser humano y nuestro planeta Tierra?, ¿Un marciano verde?. Estamos tan acostumbrados a ver el sol, las estrellas, la luna, el mar, los edificios, la música, los animales, las catedrales, las cataratas, las montañas, las focas, las frutas, el chocolate, los ordenadores... que como diría un gran pensador "la costumbre nos hace ciegos ante lo realmente extraño y maravilloso" Esto es como un bebé que abre sus ojos por vez primera y comienza a preguntar y a señalar con el dedo, siendo consciente de la rareza que le rodea... lo novedoso que le parece todo. Una vez que se acostumbra a su contexto, se convierte en otro ciego más.
Y una deja de pensar que se puede equivocar a los pies de alguien creyendo que eran raíces lo que siempre fue sombra, cuando contempla el Mundo y es consciente de que estar viva y sentir el aire fresco en la cara, y ver amaneceres, y sumergir los pies en el agua del mar... es una gran aventura y privilegio que muchos no han podido degustar.
(Para los que se sientan así de perdidos y pequeños en algún momento de su vida)