Ellos.. albergan tanto… Hay tanta profundidad en ellos que absorberías TODO y...

Ellos.. albergan tanto… Hay tanta profundidad en ellos que absorberías TODO y...
... y LA NADA se quedaría huérfana.

sábado, 2 de abril de 2011

víctimas del capricho.

Ahora un paseo por Roma. Mañana me compro un I-Mac, pasado quiero una ruta a los Alpes. Dentro de dos semanas me compro un superequipo de grabación que luego apenas uso. Trabajo y me sustento. Mis obligaciones me las raciono yo, que para eso vivo Indepediente y además recibo una paga parental mensual.

Un finde me quiero ir a esquiar, otros, preparo mis nuevas rutas. No tengo problema en comprarme una equipación completa de alpinismo, escalada y esquí. Consumir, consumir, consumir, caprichos y nadie me para los pies. Al revés, mis padres me ríen las gracias y me animan a que me siga comprando más cosas, derrochando el dinero a por doquier.

Mientras tanto, hay alguien a escasos metros de esa persona que se está dando cuenta de todo. Se lo dice a la cara, pero él no reacciona y se enfada porque no es capaz de asumir que se ha convertido y lo han convertido en una víctima del capricho.

No sólo del capricho consumista, sino también del capricho sentimental, del capricho amoroso, del capricho amistoso, del capricho emocional. Ya no sabe lo que quiere porque nadie lo ha dejado decidir qué es lo que quiere realmente.

Y va dejando árboles muertos por los sitios donde pasa. Seguramente nunca supo lo que quería y se dejaba llevar por meros caprichos. Las personas son más que unos simples árboles a los que matar o dejar secar, son algo más valioso que un viaje a los alpes, que una ruta de esquí, que un equipo de sonido y que un I-Mac.

Hay que cuidarlas y preocuparse por ellas y si no tenemos claro lo que queremos, dejarlas volar e ir libremente desde un principio. No hay que ser egoísta ni caprichoso.

Como "es caprichoso el azar" (título de una canción de Serrat) el azar y el tiempo pondrá a cada cual en su estado y entonces, irremediablemente, serás consciente de todo, del daño causado, de la pérdida tan grande para tu propia vida, de la pena de no haber conservado ciertas relaciones personales. Pero irremediablemente... sólo con el tiempo... (como decía Gabriel García Márquez)




Estrella Mantero.