Existen pellizquitos en el mundo de multiformas infinitas.
Abrazos amorosos, de reconciliación, efusivos...
Tb hay miradas cómplices, de esas que te abastecen para toda la vida y miradas tristes, apagadas, sin ceniza ni ascuas con las que volver a incendiarse.
Hay besos de cariño, de reencuentro, besos apasionados, sensuales, tiernos y húmedos.
Pero pocas veces uno siente un abrazo desgarrador y lleno de luz a la vez. Pocas veces, un pellizquito que llegue más allá, a ese lugar donde una vez allí, todo se expande. Una mirada con Fénix y aterradora al mismo tiempo, acompañada de un beso tan sabroso como el último de tus días.
Deleitarme con la infinita sonrisa de tu corazón es lo que quiero.